¿Qué hace o en qué momento la soledad se vuelve algo pesado e incómodo?
Yaqui Andrés Martínez Robles
1 de may. de 2018
Hola Ivan! gracias por compartir en el foro.
Lo primero que me gustaría decirte es que desde hace algún tiempo yo no hablo del "Atributo Existencial de la SOLEDAD". Ahora prefiero hablar de UNICIDAD, ya que creo que es más preciso para referir lo que realmente representa.
Me explico:
Existencialmente hablando, no estamos solos nunca. El ser humano nace de otros, nace a un mundo lleno de otros, y cuando muere, algo de él permanece entre los otros, y se lleva algo de esos otros consigo.
Por lo tanto, la soledad NO ES un atributo de la existencia como tal, sino más bien una posible experiencia ante el atributo existencial de la unicidad.
Por unicidad me refiero a esa fascinante situación de que no hay otro como cada uno de nosotros, de que somos únicos e irrepetibles. De hecho, somos únicos hasta con respecto de nosotros mismos, ya que no nos repetimos jamás, siempre hay algo único y novedoso a cada momento.
Ahora, aunque eso es grandioso, puede también acarrearnos experiencias incómodas. Ya que nunca podremos ser completamente comprendidos por alguien más. Nunca nadie ha visto ni verá la vida como cada uno de nosotros la ve, ni puede vivirla por nosotros, ni morir por nosotros, y en ciertas circunstancias eso puede resultar doloroso, sobre todo cuando deseamos compartir una experiencia importante con alguna otra persona, y encontramos las limitaciones del lenguaje e incluso de experimentar juntos una misma situación.
A esa experiencia de la unicidad se le ha llamado "soledad existencial", pero de nuevo, creo que más bien se trata de la "unicidad existencial".
En la existencia, lo máximo que podemos experimentar es la cercanía o lejanía de otros. Cuando deseamos que alguien importante para nosotros esté cerca, y sin embargo sentimos que su distancia es muy amplia, lo sentimos lejano. Comúnmente le llamamos a esa experiencia "sentirnos solos". Pero no es estar SIN esa persona, sino mas bien experimentarla en su lejanía. Incluso cuando esa persona muere, ahora está más allá de la distancia, en nuestro corazón que le extraña.
En otros momentos nos gusta la distancia en la que experimentamos a otros. Nos permite sentirnos seguros, cómodos, o incluso íntimos (como cuando deseamos acercarnos de alguien, pero alejarnos de todos los demás).
Como verás, así como con muchas situaciones existenciales, se trata de asuntos ricos, complejos y asombrosos.
Y dime, ¿Que te hace pensar o sentir la opinión que te comparto?
Iván DG
1 de may. de 2018 · Editado: 1 de may. de 2018
Creo que entonces es la DISTANCIA NO ELEGIDA entre el otro y yo la que hace no gozosa esa unicidad. Me detona recordarte con el cuento de Kafka sobre el gorila, donde la unicidad se castiga, se deshace para que la distancia se reduzca entre humano y gorila. También a una anécdota que contó una monja al dar catecismo. Ella pidió que alzaran las manos aquellos que quisieran ir al cielo; solamente un niño no lo hizo. La monja asombrada le cuestionó:
-¿Tú no deseas ir al cielo?
-No, si van todos éstos.
De igual manera, a lo que alguien comentó sobre un taller de Lyn Jacobs cuando ella compartió sobre una paciente que sobrevivió a un conflicto armado donde vivenció asesinatos y destrucción. Lyn nunca ha vivenciado eso. Considero que reconoció esa distancia al no expresar "entiendo de qué hablas o sé lo que es estar así" sino que sus experiencias desagradables le permitían darse una idea de cómo es estar en el sitio de su paciente.
Yaqui Andrés Martínez Robles
2 de may. de 2018
Si, creo que lo dices de forma muy aproximada. Solo que en ocasiones la distancia no elegida puede experimentarse muy agradablemente. Creo que más bien sería LA DISTANCIA INDESEADA, sin poder hacer algo pronto para moverse hacia una DISTANCIA DESEADA.
Como lo ves?
Iván DG
2 de may. de 2018
Sí, coincido con que la palabra no elegida o impuesta puede resultar satisfactoria. Me agradó el cambio a Indeseada. Gracias por tu disposición por discutir este tema. Me resultó estimulante y una gran idea este espacio para comprender este tipo de temas. Saludos desde el puerto de Veracruz.
Hola Ivan! gracias por compartir en el foro.
Lo primero que me gustaría decirte es que desde hace algún tiempo yo no hablo del "Atributo Existencial de la SOLEDAD". Ahora prefiero hablar de UNICIDAD, ya que creo que es más preciso para referir lo que realmente representa.
Me explico:
Existencialmente hablando, no estamos solos nunca. El ser humano nace de otros, nace a un mundo lleno de otros, y cuando muere, algo de él permanece entre los otros, y se lleva algo de esos otros consigo.
Por lo tanto, la soledad NO ES un atributo de la existencia como tal, sino más bien una posible experiencia ante el atributo existencial de la unicidad.
Por unicidad me refiero a esa fascinante situación de que no hay otro como cada uno de nosotros, de que somos únicos e irrepetibles. De hecho, somos únicos hasta con respecto de nosotros mismos, ya que no nos repetimos jamás, siempre hay algo único y novedoso a cada momento.
Ahora, aunque eso es grandioso, puede también acarrearnos experiencias incómodas. Ya que nunca podremos ser completamente comprendidos por alguien más. Nunca nadie ha visto ni verá la vida como cada uno de nosotros la ve, ni puede vivirla por nosotros, ni morir por nosotros, y en ciertas circunstancias eso puede resultar doloroso, sobre todo cuando deseamos compartir una experiencia importante con alguna otra persona, y encontramos las limitaciones del lenguaje e incluso de experimentar juntos una misma situación.
A esa experiencia de la unicidad se le ha llamado "soledad existencial", pero de nuevo, creo que más bien se trata de la "unicidad existencial".
En la existencia, lo máximo que podemos experimentar es la cercanía o lejanía de otros. Cuando deseamos que alguien importante para nosotros esté cerca, y sin embargo sentimos que su distancia es muy amplia, lo sentimos lejano. Comúnmente le llamamos a esa experiencia "sentirnos solos". Pero no es estar SIN esa persona, sino mas bien experimentarla en su lejanía. Incluso cuando esa persona muere, ahora está más allá de la distancia, en nuestro corazón que le extraña.
En otros momentos nos gusta la distancia en la que experimentamos a otros. Nos permite sentirnos seguros, cómodos, o incluso íntimos (como cuando deseamos acercarnos de alguien, pero alejarnos de todos los demás).
Como verás, así como con muchas situaciones existenciales, se trata de asuntos ricos, complejos y asombrosos.
Y dime, ¿Que te hace pensar o sentir la opinión que te comparto?
Creo que entonces es la DISTANCIA NO ELEGIDA entre el otro y yo la que hace no gozosa esa unicidad. Me detona recordarte con el cuento de Kafka sobre el gorila, donde la unicidad se castiga, se deshace para que la distancia se reduzca entre humano y gorila. También a una anécdota que contó una monja al dar catecismo. Ella pidió que alzaran las manos aquellos que quisieran ir al cielo; solamente un niño no lo hizo. La monja asombrada le cuestionó:
-¿Tú no deseas ir al cielo?
-No, si van todos éstos.
De igual manera, a lo que alguien comentó sobre un taller de Lyn Jacobs cuando ella compartió sobre una paciente que sobrevivió a un conflicto armado donde vivenció asesinatos y destrucción. Lyn nunca ha vivenciado eso. Considero que reconoció esa distancia al no expresar "entiendo de qué hablas o sé lo que es estar así" sino que sus experiencias desagradables le permitían darse una idea de cómo es estar en el sitio de su paciente.
Si, creo que lo dices de forma muy aproximada. Solo que en ocasiones la distancia no elegida puede experimentarse muy agradablemente. Creo que más bien sería LA DISTANCIA INDESEADA, sin poder hacer algo pronto para moverse hacia una DISTANCIA DESEADA.
Como lo ves?
Sí, coincido con que la palabra no elegida o impuesta puede resultar satisfactoria. Me agradó el cambio a Indeseada. Gracias por tu disposición por discutir este tema. Me resultó estimulante y una gran idea este espacio para comprender este tipo de temas. Saludos desde el puerto de Veracruz.