Les comparto un poema que llegó a mis manos hace algunos años, gracias a una querida paciente, y que de vez en cuando lo uso para cerrar algunas conferencias o charlas.
Querid@s amig@s de la conferencia en San Cristobal de las Casas, ¡aquí está! ¡Como se los prometí!
El poema original es un poco más largo. Yo lo recorto, le cambio las expresiones argentinas por las equivalentes mexicanas, y le hago algunas adaptaciones gramaticales que me han servido al narrarlo.
Se los presento aquí en la forma como yo lo uso. Para su versión original, pueden buscarlo en la red.
Es parte de una campaña publicitaria, y hasta donde he podido encontrar, es de autoría de Leandro Raposo.
El mundo está loco. Definitivamente loco.
Lo rico engorda, lo lindo sale caro, que el sol te pegue en la cara: arruga.
Y lo realmente bueno en esta vida, despeina.
Hacer el amor... despeina; reírte a carcajadas... despeina;
viajar o volar, correr o meterte en el mar... despeina.
Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche...
te deja el pelo irreconocible.
La primera vez que nos veamos, yo voy a estar con un delantal celeste
y el pelo revuelto.
Sin embargo, no tengas dudas de que
va a ser el momento más feliz de mi vida.
Porque es una ley, siempre va a estar más despeinada la mujer que elija
ir en el primer carrito de la montaña rusa, que la que elija no subirse.
Puede ser entonces, Sofía
-porque si de algo estoy segura es de que te vas a llamar Sofía-,
que te veas tentada a ser una mujer prolija.
Peinada, planchadita por dentro y por fuera.
El aviso clasificado de este mundo requiere buena presencia:
Péinate, ponte, quítate, cómprate, corre, adelgaza, come sano, adopta un Koala.
Y tú, sigues las instrucciones.
Hasta que un día te miras al espejo, dejas el Koala en la jaula y dices:
“Ok, ok; todo muy lindo, pero ¿Cuándo me van a dar la orden de volver a ser feliz?”
Ahí te vas a dar cuenta de que, antes de lucir linda,
te tienes que sentir linda.
La tú más linda que puedas ser.
Así que aquí va mi humilde recomendación:
Baila, enamórate, relájate, viaja, salta, acuéstate tarde, levántate temprano, ponte linda, ponte cómoda y, sobre todo...
deja que la vida te despeine.
De últimas, lo más grave que puede pasarte, es que con una sonrisa, frente al espejo,
te tengas que volver a peinar.
Porque el mundo está hermoso, definitivamente hermoso.
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