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Algunas implicaciones de una práctica Fenomenológico-Existencial para la terapia y para el coaching

Actualizado: 13 may 2020


Una implicación directa que surge cuando se realiza una terapia o un coaching desde una perspectiva Existencial-Fenomenológica, consiste en la preferencia por lo que se presenta, lo que es, en vez de por aquello que se supone que debería de ser. (En adelante me referiré solamente a la terapia, pero mis comentarios son igualmente válidos para un Coaching Existencial-Fenomenológico).

Es común que las personas que buscan los beneficios de la terapia, cualquiera que esta sea, lo hagan porque se encuentran en una situación a la que llamaremos por el momento: ‘punto A’, que por alguna razón no les gusta, les parece indeseable o que desean evitar. Y buscan llegar a una nueva situación que podemos llamar: ‘punto B’; la cual consideran mejor que su situación actual.

Muy probablemente llevan algún tiempo deseando llegar al ‘punto B’ sin conseguirlo, o sin saber cómo aproximarse. El terapeuta que trabaja desde una perspectiva Fenomenológica-Existencial no puede darse el lujo de simplemente creer y confiar en que el ‘punto A’ es negativo e indeseable, mientras que el ‘punto B’ es positivo o mejor que el ‘A’, ni viceversa. Pudiera darse el caso de que al consultante realmente le agrada la situación actual, pero se encuentra en un contexto social que lo rechaza, lo que lo ha llevado a considerar que sería mejor buscar otra forma de ser/estar-en-el-mundo. O que la experiencia presente, por desagradable que sea, cumple una función importante para su existencia entera. Por ello, en vez de confiar en que el ‘objetivo’ del trabajo es salir de la situación presente para llegar a una que parece ‘mejor’, el terapeuta se compromete con su consultante a una investigación que busque clarificar:

-¿Cómo es la experiencia del ‘punto A’?

-¿Qué es lo rechazable en el ‘punto A’?

-¿No hay nada en él que le atraiga?

-¿Qué y cómo ha mantenido el ‘punto A’ en su vida?

-¿A quién le da gusto o disgusto con ello?

-¿Cómo llegó a la conclusión de que el ‘punto B’ es mejor que el ‘A’?

-¿Qué hace al ‘punto B’ tan deseable?

-¿A quién se acerca o aleja con el ‘punto B’?

-¿Qué estrategias a buscado para conseguirlo?

-¿Qué se ha interpuesto en su camino?

-¿Qué positivo imagina que ocurrirá si consigue el ‘punto B’?

-¿Qué es lo negativo que podría ocurrir si lo consigue?

-¿Ha pensado en otras alternativas?

-¿Hay algún ‘punto C’ o ‘D’ o ‘Z’ que no ha si quiera considerado?

-¿Cómo es la experiencia de estar en tensión entre los puntos ‘A’ y ‘B’?

-¿Cómo es la experiencia de estar explorando y analizando todo esto con su terapeuta?

- Entre otras preguntas similares.

Si nos comprometemos en la búsqueda de un determinado ‘deber ser’, estaremos trabajando a favor de un sistema moral, lo que sugiere la adopción de un sistema de valores específico. Esto es contrario a la perspectiva Existencial-Fenomenológica. Incluso si se tratara de un ‘deber ser’ muy amplio como: ‘ser feliz’, o enfrentarse ‘mejor’ a su situación vital; o de algo más específico que sea parte de los propósitos del consultante (como por ejemplo: dejar de fumar, divorciarse, tomar alguna decisión, etcétera).

Desde la perspectiva Existencial-Fenomenológica, nuestro compromiso está con la descripción y clarificación de la situación presente, de lo que está ocurriendo, incluyendo su deseo, necesidad o búsqueda de una situación diferente.

Si tomamos como ejemplo una persona que desea dejar de fumar, la tarea fenomenológica-existencial consiste en explorar, junto a ella, la situación de estar siendo un fumador que desea dejar de fumar; y no promover que, en efecto, la persona deje de fumar. Ni tampoco que “se acepte tal y como es ahora”. Se trata de describir y clarificar la situación existencial de estar en la tensión entre dos puntos de su vida (fumar y dejar de fumar).

Comúnmente, las personas enfrentamos una o múltiples tensiones simultáneas en la vida, por el simple hecho de existir como DASEIN (nuestra condición humana: relacional, situacional, histórica, etc.). A esto se le ha llamado deseos, motivaciones, necesidades, impulsos, instintos; o más Existencial-Fenomenológicamente hablando: intencionalidad (in-tensión-alidad).

Al explorar dichas tensiones nos adentramos en la comprensión de lo que significa la existencia como seres humanos, acercándonos a comprender lo que representa e implica ser-en-el-mundo.

Es interesante notar que los cambios y transformaciones ocurren de cualquier manera, aún sin que este sea el objetivo de una práctica Existencial-Fenomenológica. El desarrollo sucede por alcanzar mayor amplitud en la comprensión de lo que es, más que por rechazarlo o por buscar el cambio de manera directa. Cuando se profundiza en la comprensión de una situación, toda su estructura y lo que la sostiene se moviliza, facilitando su transformación.

Por supuesto que podemos desear que nuestro consultante logre sus propósitos, o que el hecho de venir a trabajar con nosotros en alguna medida le represente algo positivo. Simplemente reconocemos que esta no es nuestra tarea, y confiamos en que la exploración de lo que se muestra, y el acercamiento paulatino a la comprensión de nuestra existencia, son acciones suficientemente valiosas como para comprometernos plenamente con ellas. Si el cambio que el consultante desea es apropiado, se facilitará mediante la comprensión de su situación existencial.


* Si quieres saber más, recomiendo la lectura de: Martínez Robles, Yaqui (2017). Terapia Existencial, teoría y práctica relacional para un mundo post-cartesiano. Volumen 2. Editado por el Círculo Existencial. México.

*Si te gusta esta propuesta puedes profundizar y formarte en el tema en el Círculo Existencial (CIR-EX) de la CDMX. Toda la información en: www.circuloexistencial.org

¡Bienvenid@s al diálogo!


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