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Diferencias entre la logoterapia y la terapia existencial-fenomenológica (1/3)

Actualizado: 4 nov 2020

Parte 1/3

Al elaborar este blog descubrí que requería de un espacio amplio para poder abarcar todo lo que consideraba importante decir, lo que lo convierte en un escrito demasiado largo para un solo blog. Es por ello que decidí dividirlo en 3 partes. Les comparto aquí la primera parte. La segunda y la tercera saldrán una cada semana. Las encontrarán en otra sección del blog. (Ver parte 2)


El mundo de las terapias psicológicas (comúnmente llamadas psicoterapias) es cada


vez más confuso, por la inmensa cantidad de enfoques y propuestas existentes. Algunas de estas tienen aspectos compartidos u opiniones semejantes; y en algunos casos hay enfoques que parten de cosmovisiones contrapuestas o distintas entre sí.

La Terapia Existencial es un enfoque que suele confundirse con los enfoques humanistas (a propósito, escribí hace tiempo un blog al respecto Clic aquí), y vale la pena recordar que también se trata de propuestas diferentes. Así también, al interior mismo de la perspectiva existencial, existen varios modelos que merecen ser distinguidos entre sí.

Actualmente se reconocen al menos cinco modelos distintos de aplicación de la perspectiva existencial en psicoterapia (Cooper, 2017). Los enfoques más comúnmente reconocidos son:

1) Dasein Análisis,

2) Terapias Centradas en el Sentido,

3) Terapias Existencial-Humanistas,

4) Terapias inspiradas en la Anti-psiquiatría,

5) Terapias Existencial-Fenomenológicas

(La 5, es la que seguimos en el Movimiento Mexicano de Análisis y Terapia Existencial) .

Ninguno de los modelos presentados anteriormente existe de manera uniforme, hay una gran diversidad al interior así como ocurre en cualquier otro modelo de terapia. Aunque este aspecto puede resultar confuso para aquellos que se acercan por primera vez al estudio de alguna forma de terapia, esto en realidad es una muestra de la riqueza que puede desarrollarse en la manera de reflexionar y teorizar sobre la naturaleza humana, sobre lo que provoca sufrimiento, y sobre algunos de los posibles caminos para alejarnos de los sufrimientos que son evitables.


Conforme pasa el tiempo, cada vez más me convenzo de que lo menos importante es el modelo o enfoque de preferencia en sí, sino que se trate de una propuesta que el terapeuta pueda hacer suya (aunque le realice sus propias adaptaciones y modificaciones), y que le permita desarrollar una relación terapéutica que promueva conversaciones poderosas con sus consultantes. Para ello ayuda que conozcamos diferentes modelos, para poder elegir aquel que se integra mejor a nuestra cosmovisión sobre el mundo, sobre los demás, y sobre nosotros mismos.

Numerosas veces se me ha solicitado que comparta las diferencias que encuentro entre dos de los modelos terapéuticos existenciales más populares:

La Logoterapia y la Terapia Existencial-Fenomenológica.

Quisiera dejar claro que mi conocimiento sobre las Terapias Centradas en el Sentido es mínimo, ya que el área de mi especialidad es la Terapia Existencial-Fenomenológica. Ofrezco disculpas por cualquier mala comprensión de mi parte hacia este otro importante modelo de terapia, y agradezco a mis amigas y colegas, terapeutas existenciales y logoterapeutas: María Villalobos y Adriana León Portilla, por los comentarios que me realizaron para poder ser más puntual en este escrito. Sus comentarios me facilitaron tener una perspectiva más amplia, y espero un poco más precisa.

En ningún momento mi intención es la de realizar una comparación “vertical” entre estas perspectivas. No deseo transmitir el mensaje de que una de ellas es “mejor” que la otra. Ambas propuestas son válidas, y dignas de experimentarse. Aviso anticipadamente por si, en mi entusiasmo y pasión por la Terapia Existencial-Fenomenológica, doy una impresión distinta. Lo único que deseo es que se reconozca que se trata de perspectivas diferentes, aunque compartan algunas propuestas; y que en mi mayor conocimiento (y atracción) de la perspectiva existencial-fenomenológica, no puedo evitar darle un mayor énfasis.

"No deseo transmitir el mensaje de que una de ellas es “mejor” que la otra.

Ambas propuestas son válidas, y dignas de experimentarse"

La Logoterapia (tanto la forma que Frankl denominó “específica” como la “inespecífica) forma parte del grupo de Terapias Centradas en el Sentido, junto con otros enfoques desarrollados posteriormente. Vienen en este momento a mi mente: los desarrollos y propuestas de Alfried Längle, los de Paul Wong, y en Latinoamérica los de Efrén Martínez y Juan Pablo Díaz del Castillo.

Me referiré de manera genérica a la Logoterapia, pero es importante recordar que Frankl distinguía entre el “Análisis Existencial” y la Logoterapia, (y otros como Längle también lo hacen). Aunque no se trata necesariamente de la misma práctica, se trata de dos propuestas completamente entrelazadas por lo que, para fines de este blog, me referiré a ambas de manera integrada (así como también a otras Terapias Centradas en el Sentido desarrolladas posteriormente).

Es común que, en ciertos contextos, cuando comparto que me dedico a la Terapia Existencial, mucha gente me comenta a continuación algo como: “Ah claro! La búsqueda del sentido de vida, ¿cierto?”. Y

siempre necesito tomar un momento para poder

decirles que la terapia existencial que yo practico no es ese tipo de terapia, aunque podríamos decir que se trata de enfoques “pertenecientes a una misma familia”: La familia de las terapias interesadas en una perspectiva existencial.



Primera diferencia: Los orígenes

Una de las primeras diferencias que tenemos con la Logoterapia es respecto a sus orígenes. Mientras que esta fue originada por Viktor Frankl, la Terapia Existencial-Fenomenológica no tiene un solo “padre o madre fundador”, sino que es un enfoque que se ha venido construyendo de muchas fuentes. Inicialmente a través del estudio de las propuestas del Dasein Analysis (Binswanger y Boss), de los enfoques de la psiquiatría fenomenológica (Minkowski, Strauss, Van Den Berg, etc.), y de los aportes de Ronald D. Laing; sumados a un intento de profundizar y llevar a la terapia las ideas de Edmund Husserl, Martin Heidegger, Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Maurice Merleau-Ponty, Martin Buber, Hans-Gorg Gadamer, y Emmanuel Levinas, entre otros.


Por otra parte, mientras que es posible decir que la Logoterapia se encuentra fundamentalmente centrada en el sentido, la Terapia Existencial-Fenomenológica se centra en la existencia relacional como ser-en-el-mundo. El estudio o reflexión sobre la existencia relacional, significa que se enfoca principalmente en la manera como la persona se relaciona con el mundo, con los demás, y consigo misma. Evidentemente, esto no es un asunto privativo de la terapia existencial-fenomenológica, de la misma manera que la reflexión sobre el sentido de la vida no es privativa de la logoterapia. Me refiero a un asunto del foco principal o énfasis.

En la siguiente parte continuaremos reflexionando sobre las diferencias entre estos dos enfoques de la terapia. (Ver parte 2)

  • Cooper, M. (2017) Existential Therapies. London. SAGE

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